Tipos de sobrecolchónes

Tipos de sobrecolchónes: ¿Cuál es el más adecuado?

Al igual que los colchones, los sobrecolchónes están hechos de distintos materiales. Aquí tienes los pros y los contras de los tipos más populares:

Sobrecolchón de látex

Ventajas:

El látex es elástico y sensible, lo que lo convierte en una opción adecuada para dormir de lado, boca arriba o boca abajo. A menudo lo recomiendan ortopedas y quiroprácticos para las personas que sufren dolor de cuello, espalda u hombros. El látex tiene cierto “rebote”, pero es lo bastante firme como para ofrecer un buen soporte y reducir la transferencia de movimiento. También es bastante duradero.

Contras:

Como el látex es un material de origen natural (procede de la savia del árbol del caucho), suele ser más caro que otras opciones de cubrecolchones.

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Sobrecolchón de espuma con memoria

Ventajas:

La espuma con memoria es una espuma a base de poliuretano que se ablanda al entrar en contacto con el calor corporal. Cuando te tumbas sobre ella, se adapta a tus curvas y alivia la presión en las zonas doloridas; los que más se benefician son los que duermen de lado o boca arriba. Los cubrecolchones de espuma con memoria son excelentes para reducir la transferencia de movimiento.

Contras:

La espuma viscoelástica tradicional retiene el calor cerca del cuerpo, lo que la hace incómoda para algunos durmientes. Para contrarrestar esta tendencia, algunos cubrecolchones de espuma llevan ahora materiales de alta tecnología, como gel refrigerante o grafito, que disipan el calor con mayor eficacia. Dependiendo de la composición de la espuma, también puede desprender un olor químico cuando es nueva.

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Sobrecolchón de lana

Ventajas:

La lana es excepcionalmente transpirable, lo que ayuda a regular la temperatura de quienes tienden a pasar demasiado frío o calor por la noche. Cuando hace calor, expulsa el sudor; cuando bajan las temperaturas, es un buen aislante. Además, la lana es naturalmente hipoalergénica, antimicrobiana, ignífuga y respetuosa con el medio ambiente.

Contras:

Los cubrecolchones de lana, aunque suaves y acogedores, no son buenos para reducir la transferencia de movimiento y no se adaptan al cuerpo como lo hace la espuma viscoelástica. Si busca aliviar la presión en los puntos de dolor, este material no es la mejor opción.

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Cubrecolchones alternativos de plumón/plumón

Ventajas:

El plumón y algunas de sus alternativas de fibra sintética son extremadamente suaves y perfectos si le gusta la sensación de “dormir en una nube”. El plumón es también la opción más transpirable entre los materiales de los cubrecolchones. Los cubrecolchones fabricados con plumón suelen tener un precio razonable y son adecuados para quienes tienen un presupuesto limitado.

Contras:

Los cubrecolchones de plumón no ofrecen mucho soporte ni alivian la presión. Además, requieren un mayor mantenimiento, ya que hay que “mullirlos” periódicamente para que conserven su volumen. Aunque pueden ayudarte a dormir más cómodamente, no reducen la transferencia de movimiento. Si eres alérgico a las plumas, elige uno con un relleno alternativo.

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