Si quieres aprender a cómo regatear por un colchón, porque se puede (y se debe) no te preocupes aquí te lo decimos. Sigue leyendo aquí…
Si te embarcas en la búsqueda de un nuevo colchón king size, aquí tienes un consejo de tamaño real: puedes regatear.
“El consejo que le doy a la gente [al comprar un colchón] es que nunca pague el precio de venta al público, nunca pague ese precio. Hay mucho margen de beneficio en esa industria”.
Se dice que los colchones cuestan tanto porque tienen un enorme margen de beneficio, y la diferencia entre un colchón de 10.000 pesos y uno de 20.000 puede ser tan leve como quince centímetros de acolchado en lugar de cuatro, o unos cuantos muelles más.
Se puede negociar el precio de un colchón hasta un 50 por ciento en algunos casos, y si se va a una gran tienda de colchones como las más comunes, lo más probable es que “se pueda negociar todo. El precio, si recogen o se llevan el viejo, la tarifa de entrega… todo está en juego”.
La razón es que los minoristas de colchones trabajan en “compras ciegas”, o compras realizadas cuando no puedes ver realmente lo que estás comprando.
“Lo que hacen los fabricantes es llegar a acuerdos con los minoristas para que cambien ligeramente el colchón, ya sea por un color diferente, un tejido o un dibujo, o quizás tengan uno o dos muelles más o sean ligeramente más finos o más gruesos, cosas que no importan. Pero permite al minorista decir que se trata de un colchón exclusivo”. “No hay forma de saber si eso es cierto o no. Por eso es confuso. Es bastante intencionado”.
Intenta empezar por la parte trasera de la tienda de colchones:
Suelen ser mucho más baratos, y aún puedes negociarlos. Y compara los precios entre tiendas. Es posible que la tienda de colchones tenga un programa de igualación de precios, o incluso mejor: incluso podrías negociar el precio de venta de un colchón por otro que no esté en oferta.
Ten cuidado también con los gastos de devolución o reposición de existencias, que también son negociables.
Si toda la negociación parece agotadora, hay “disruptores en la industria”, todos los cuales te permiten comprar en línea y tienen políticas liberales de devolución en caso de que el colchón no sea una buena opción.
También se dice que no hay reglas fijas sobre cuánto tiempo debes conservar tu colchón, pero si lo tratas bien, podrías tenerlo durante una década o más.
Tal vez el mejor consejo que podemos ofrecer antes de comprar una compra tan importante como un colchón es el mismo que para todas las grandes compras: Salga de la tienda y duerma en él.
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